La arquitectura que se oye.
Hablamos de arquitectura que funciona.
¿Pagando puedo empezar?
Habéis decidido hacer esa casa nueva o esa reforma, contactasteis en su día con un arquitecto, ya tenéis el proyecto y se pide la licencia en el ayuntamiento. Se puede empezar a construir ya? o hay que esperar? esperar a qué?
Nos encontramos, en nuestro día a día, dudas entre algun@s de nuestr@s oyedor@s que se van repitiendo con cierta frecuencia y creemos que parte de nuestra obligación es intentar aclarar las que podamos a quien se acerque a este rincón que oye con los ojos.
Una de esas dudas «comunes» es: En qué momento podemos comenzar nuestra obra. Y la respuesta es sencilla y un poco tonta: Cuando tengamos la licencia para empezar -Bien OyM, habéis descubierto América-.
Algo que, en principio, resulta bastante obvio es un poco más difícil de entender para quien no pertenezca a este mundo y que se enfrente al trámite administrativo. Porque la cuestión es: ¿En qué momento se considera la licencia concedida?
Para que la concedan, con el proyecto redactado y visado por el Colegio de arquitectos correspondiente, se acude al ayuntamiento donde, antes de entregarlo, nos calculan y redactan una carta de pago con el importe de las tasas administrativas que hay que abonar obligatoriamente. De no ser así, no lo recogen para comprobar que se ajusta a la normativa.
Y ahí reside la duda en muchas ocasiones porque hay quien dice: «yo ya he pagado en el ayuntamiento y tengo el papel de haberlo hecho». Pero eso no quiere decir que tengamos licencia. Esa licencia vendrá unos meses más tarde.
Imaginad que entregais un proyecto para construir un rascacielos en el centro de Sevilla. Se haría como hemos dicho: proyecto y pagais tasas en ayuntamiento para que lo verifiquen. Obviamente, no os van a conceder licencia. La normativa urbanística no permite construir eso ahí.
PAGAR no equivale a LICENCIA CONCEDIDA.
Esto ultimo no os pasaría nunca si contáis con el asesoramiento de los arquitectos adecuados que os adviertan antes que es inviable vuestro proyecto.
Hace unos meses nos llamaron del programa «El Público» de Canal Sur Radio para que resolvieramos esta duda en directo en antena.
Elige: ¿Prefieres pagar 10 o 1?
Hoy os vamos a dar un consejo. Nos permitimos la licencia porque si estáis en oyemeconlosojos.com es para esto, no para criticar/comentar obras de arquitectos galácticos. No. No hemos venido a eso.
A veces, cuesta entender que gastar de inicio 1 te evitará –en algunos casos- invertir 10.
Atajos en las Legalizaciones de Viviendas
A veces nos creemos más listos que nadie. Que irá todo mejor si pillas ese camino que nadie ha visto antes que tú (curioso que no se dieran cuenta de que existía, porque cuando decimos “nadie” decimos “muchos”). Qué poco atrevidos, llegarás antes! y tendrás tu recompensa!!!
Y al final llegas antes. Sí. Pero para que te den “tu premio” vas a tener que volverte, empezar de nuevo, recorrer al revés tu atajo, volver a hacer otra vez el camino por el que iban todos… un jaleo. Este proceso en construcción a veces se llama Legalización.
El arquitecto y la canción del verano
En los ya casi cinco años que llevamos montado a los lomos de nuestro caballo de batalla diaria, nos ha dado tiempo a darnos cuenta de muchas cosas. Y las que con total seguridad nos quedarán por descubrir, al fin y al cabo eso es la experiencia, no?
El arroz y las licencias de apertura
Nos ocurre muchas veces cuando, en reuniones de amigos y conversaciones que se tornan más personales, decimos que nos dedicamos a la arquitectura suele aparecer el comentario de “tú me vas a hacer mi casa”, comentario que agradecemos siempre porque entendemos que es una muestra de confianza enorme hacia OyeMe. Eso nos hace reflexionar que, quizás muy contaminada por lo acontecido en la última década, hay una parte de la sociedad que únicamente identifica la actividad de un arquitecto con la obra nueva de edificios residenciales.
Sin embargo, son numerosos los campos en los que un arquitecto puede intervenir. Como el que os exponemos hoy: la tramitación de licencias de apertura de locales comerciales para implantar nuevos negocios.
Las Constructoras: Las peras y las naranjas
Nos habían dicho que, como arquitectos, tendríamos en una mano la escuadra -o el cartabón- y en la otra -la zurda siempre en el caso de OyeMe– el lápiz. La verdad que no es del todo así. Y no porque sea el ratón y el teclado lo que utilizamos, no. La realidad es que tenemos en una la calculadora y, en la otra, la goma de borrar… incluso otra calculadora.
No te desvíes
Ayer saltó una noticia en la que -resumiendo- se dice que al arquitecto valenciano Santiago Calatrava se le reclama en Italia más de un millón de euros por el desfase de presupuesto en la construcción de un puente. Calatrava y su equipo lo valoraron en 4 millones de euros y al final ha salido por 10.
Es cierto que a este arquitecto valenciano no se le tiene precisamente estima en nuestro sector (que tampoco es que sea especialmente corporativista) pero no estamos aquí para criticar su obra. No, no va por ahí nuestro post. En esta ocasión vamos a centrarnos en la desviación de presupuesto de obra y algunas consideraciones para conseguir que eso no ocurra.
El promotor, el arquitecto, el constructor y el traje de novia
Una de nuestras intenciones cuando decidimos hacer un blog era «acercar» parte de lo que hacemos y del entorno donde lo hacemos a personas que no tuviesen relación directa con este mundo. Creemos que se agradece cuando alguien te explica, ordena ideas o te aclara conceptos -que habías asumido erróneamente- de materias que desconocías y con las que convives a menudo.
La arquitectura del pueblo
Nos gusta la arquitectura. Todos los pasos que hay que ir dando hasta construir lo que estaba proyectado; descubrir nuevas soluciones, las propuestas, innumerables reuniones con los clientes, la redacción del proyecto, negociaciones con constructoras, visitas a obra… Nos apasiona.