El arroz y las licencias de apertura

 

Nos ocurre muchas veces cuando, en reuniones de amigos y conversaciones que se tornan más personales, decimos que nos dedicamos a la arquitectura suele aparecer el comentario de “tú me vas a hacer mi casa”, comentario que agradecemos siempre porque entendemos que es una muestra de confianza enorme hacia OyeMe. Eso nos hace reflexionar que, quizás muy contaminada por lo acontecido en la última década, hay una parte de la sociedad que únicamente identifica la actividad de un arquitecto con la obra nueva de edificios residenciales.

Sin embargo, son numerosos los campos en los que un arquitecto puede intervenir. Como el que os exponemos hoy: la tramitación de licencias de apertura de locales comerciales para implantar nuevos negocios.

Con las circunstancias laborales actuales, son muchas las personas que optan por emprender sus propios negocios –bares, restaurantes, peluquerías, comercios de alimentación, joyerías…. –  tras quedarse sin empleo. Hecho que nos parece muy honesto y valiente pero que creemos que hay hacer con cierto asesoramiento, al menos a la hora elegir local, para que luego no nos encontremos con sorpresas desagradables. Que las hay.

La finalidad de este blog es la de hacer llegar a la gente nuestras experiencias, tanto positivas como negativas, para que las primeras se repitan y las segundas nunca jamás, y os exponemos un caso común que nos hemos encontrado en varias ocasiones y que puede servir para aportar nuestro granito de arena en esos nuevos negocios que monten las personas que lean estas líneas.

Muchas veces nos topamos con clientes que, motivados por un alquiler bajo o por una buena zona comercial, se comprometen a alquilar directamente un local sin asegurarse si éste cumple las condiciones para la actividad que quiere implantar en él o si le permitirán las normas urbanísticas del municipio montar esa determinada actividad en esa zona. Sí, no todas las actividades se permiten en cualquier ubicación en una ciudad, igual que no se puede construir un rascacielos en cualquier parcela. Esta circunstancia a veces viene acompañada con que se han realizado obras de adecuación sin asesoramiento técnico alguno, a criterio del propio cliente. Como si quieres hacer un arroz sin estar muy puesto en el tema, ¿qué pasas si te equivocas con los ingredientes?. No siempre vale el «yo me lo guiso, yo me lo como» y menos cuando está en juego tu inversión.

Más tarde, cuando acuden a nosotros para que tramitemos la documentación técnica para la obtención de la licencia de apertura, resulta que las obras que han realizado no son las correctas para el cumplimiento de la normativa general y específica de la actividad o que la actividad, por circunstancias urbanísticas, no se puede desarrollar en ese determinado local, teniendo, en el primero de los casos, que realizar una nueva inversión en obras en el local -con las que no se contaba- y, en el segundo, perdiendo incluso la inversión realizada en la obra de adecuación y las posibles penalizaciones fijadas en el contrato de arrendamiento por no cumplir el plazo fijado de alquiler.

Por ello creemos que es más barato -siempre-, en el caso de OyeMe a veces incluso gratis, un primer asesoramiento, para ver los pasos que hay que dar en todo momento a la hora de montar un nuevo negocio en un local, para que la inversión que realicemos sea rentable y que el negocio no empiece dando pérdidas por decisiones iniciales desacertadas. Que después se equivocan preparando el arroz, no hay manera de comerse eso y tirar comida está muy feo.

Posted on: 10 abril, 2013, by : oyemeblog